Antes de la existencia de la escritura, cuando las necesidad de conservar los conocimientos era primordial, transmitir el conocimiento fue una de las soluciones. Poder conservar los hechos heroicos, las batallas, el recuerdo de los muertos, los años del suceso, se platicaban de los participantes a los observadores, de los testigos a los que no lo pudieron ver, de padres a hijos, de cultura a cultura.
Actualmente la entrevista es uno de los recursos más valiosos, pues aunque la escritura nos ha permitido conocer los diferentes puntos de vista de hecho histórico, la entrevista permite el desarrollo de la transmisión oral. Visto de esta forma, la entrevista nos permite el desarrollo de un aprendizaje a través de la escucha y de la expresión de la duda.
La entrevista es sin duda una herramienta poco utilizada en la enseñanza de la historia, con ella se pueden alcanzar el deseo de conocer, un estimulo de logro y finalmente una identidad personal y nacional.
La entrevista debe contener algunas condiciones que conduzcan al éxito, partiendo desde la planeación de ésta, considerando el lugar donde llevará a cabo, el tipo y número de preguntas por plantearse, el horario y el tiempo empleado por causa del cansancio del entrevistado, todo ello con la finalidad de obtener los datos fidedignos.
Al combinar ambos instrumentos de aprendizaje histórico: la tradicional oral y el testimonio escrito, podemos obtener como maestros, en nuestro beneficio, una realidad no contada en los libros y para los alumnos un nuevo camino para aprender.
Sin duda el alumno no será el mismo después de tener contacto con la historia de una manera vívida en la cual no sólo es espectador, sino participante de la misma al construir su propio conocimiento.
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